El morbo de este juego surgió desde el nombramiento de Mario Moncada como árbitro central, quien se hospedó en el mismo hotel con Osman Madrid. De paso el gerente merengue luego del partido y en medio de los actos vandálicos de la barra merengue se puso a insultar a los jugadores contrarios.
La nota negra la dio un grupo de aficionados de la barra Ultra Fiel al romper un portón de acceso al campo, ingresaron y agredieron a Kerpo de León, Brayan Beckeles y a otros futbolistas de los rojos. Los fanáticos sembraron el caos y miedo en los futbolistas del Vida y afición que estaba en el estadio.
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